martes, 9 de septiembre de 2008

Un fin de semana trágico

El viernes recibí una llamada a mi casa, llegando de trabajar:

-Bueno

-Qué onda mensa!

-Ah... qué pasó panzón?

-Qué, cómo esta el show por allá?

-Bien, y ustedes, las niñas?

-Bien también, gracias.
-Oye sabes que Brenda y yo tenemos que trabajar sábado y domingo?

-Y luego?

-Pos quería ver si les podíamos encargar a las niñas

-Ahhh... Pos yo creo que si... haber pérame...

-Maaaaaaaaaa! Dice Pancita que si les cuidamos a las niñas por que les toca trabajar todo el fin de semanaaaaa!

-Siiiiii (mi mamá en la regadera)

-Dice qué si

-En serio? Que fregón... no ps hay voy a dejártelas. Muchas gracias mija!

-Cual gracias, de perdis traete unos Hot Cheetos y una Dr. Pepper del Family Dolar

-Sobres!

-Las espero pues, pero no te tardes panzón por que si no se duermen muy tarde

Total que llegaron las niñas, Pao, Josy y "La negrita", se bañaron, cenamos, vimos caris con Hot Cheetos y limonada (por que las niñas no toman refresco) yo si me receté mi Dr. Pepper, con permiso.
Se quedaron bien dormidas como a eso de las 11:00 p.m. Casi se acercaba el final de La Leyenda de la Naguala (esa cari le fascina a su tía, osea a mi) y pos las pobres se la tuvieron que chutar.

Al día siguiente nos levantamos, desayunamos Monte Cristos, a ellas les encanta (pan de barra integral, capeados con huevo, y canela en mantequilla; se sirven con miel de maple y tocino)
El día pasó sin ningún imprevisto, jugaron como locas, las dejé ir al parque de enfrente un ratito, regresaron, se dieron un baño y se quedaron dormidas un ratito. Antes de la siesta la casa parecía Jardín de Niños, antes de la hora de la comida, otro de mis primos supo que las nenas estaban aquí y se le ocurrio la brillante idea de mandar a sus dos retoños para que jugaran con ellas, cuando llegaron las nenas ya se habían despertado, y la comida estaba lista, así que nos dispusimos a comer todos juntos.

Después de la hora de la comida nos pidieron que los dejara ir al parque otra vez, cosa que me pareció una perfecta locura por que ya eran cinco mounstritos y se me hacia imposible controlarlos a todos juntos, les propuse que mejor jugaran en el patio de la casa, la verdad nunca debí haberlo hecho.

En mi casa no hay niños, por lo regular, a menos que nos visite algún familiar y sus criaturitas, entonces en el patio, exactamente 7 días antes sacamos unas cosas con la intención de tirarlas o que se las llevara el camión de la basura, total que por angas o mangas, sólo quedaba una luna (espejo, 1.20métros aproximadamente) de cuerpo completo con marco de madera y lo teníamos recargado en la pared, entre la pared de la barda que divide mi casa con la del vecino y una banquita de concreto.

Mi madre y yo empezamos a recoger la mesa, labar trastos y todo el show, no habían pasado ni 10 minutos, se los juro, cuando oímos un golpazo, con todo y vidrios haciendose cachitos, salimos corriendo, atravesamos el pasillo, se me hizo eterno por lo menos a mi, los niños empezaron a gritar, lo primero que ví cuando estuve en el patio fue la carita de todos, uno por uno, espantados, horrorizados más bien dicho, caminé hacia donde todos tenían perpleja la vista, precisamente entre esa banca de concreto y la pared del vecino, donde estaba el espejo, dije estaba porque Josy (de 5 años) brincoteando de la banca al suelo, se resbaló hacia atrás y cayó de espaldas sobre el espejo que estaba recargado en la pared, para no caer de lleno alcanzó a meter uno de sus pies, el izquierdo, como ya había partido el espejo con la espaldita, el pie se introdujo entre trozos de vidrio ya rotos y uno de ellos le rasgó el tobillo por enfrente hasta el enpeine del pie, obviamente cuando la vi, no deduje todo lo que les acabo de contar, sólo vi un horrible sangrerío al rededor de ella y lo único que se me ocurrió fue cargarla y sentarla en otro lugar, todavía no veía la herida y no dejé que ella la viera tampoco, estaba asustadísima y yo también, cuando traté no se cómo de limpiarle la sangre y ver qué tan profunda era la herida, Dios mío casi me voy de espaldas! estaba profundísima y empecé a temblar, le amarré un paño a la mitad del chamorro, la cargué y me la llevé al hospital, justo cuando yo salía, llegaba el papá de Dany y Anet y se fue conmigo mientras mi madre se encargaba de los otros.
Iba volando, pasándome semáforos, Josy se desvanecia y me decía que tenía mucho sueño no le paraba la sangre, cada vez que me lo decía, quería que la ciudad se paralizara, que a mi carro le salieran alitas y llegar a como diera lugar al hospital.
Por fin llegamos y Saúl (mi primo) entró con ella en brazos a urgencias mientras yo estacionaba el carro en otro lugar. Cuando llegué, la estaban revisando y Saúl me pidió que me quedara con ella, él intentaría comunicarse con sus papás, la revisaron y la Doctora me dijo que la herida estaba muy profunda y que no podían suturar por que lo más probable era que se hubiera dañado algún tendón importante ya que no tenía movilidad en prácticamente ningún lugar de su pie, pero no podía hacer nada por que tenía que valorarla el ortopedista y en ese hospital los fines de semana no tenían especialistas, entonces era urgente que la trasladaramos a otro hospital pero tenían que estar presentes sus padres, para ésto los pobres ya venían hechos la mocha en camino. Pasaron 2 horas y por fin llegaron los papás, casi se me cae la cara de verguenza, cuando vi a Brenda y a Josy abrazarse y llorar, Panzón me abrazó y me solté chillando otra vez:

-Ya wey no pasa nada, no chilles!
-Es que tu me las encargaste
-Pos cómo estuvo? (medio le expliqué, por que solo los niños vieron cómo estuvo)
-Eso pudo haber pasado en cualquier parte, no chilles
- Me dijo la doctora que la tenemos que trasladar por que aquí no hay ortopedista
-Si, ya pedimos la ambulancia, nos va a estar esperando en el Puente, déjame voy a ver qué pedo con el alta voluntaria.

Me soltó y entró al cuarto con Brenda y la Doctora de urgencias. En media hora salió y la ambulancia estaba lista para llevarnos al puente, salió Josy con una fédula y un poco más tranquila, la subieron a la ambulancia, me fui con ellos, no la pensé, mi carro se lo llevó Saúl a la casa, junto con un recadito para mi mamá, había olvidado el celular y la pobre habría de estar con el Jesús en la boca.
Brenda se fue en la ambulancia con la niña, Panzón y yo en su camioneta, cruzó primero la ambulancia, 15-20 minutos después, nosotros, pero alcanzamos a ver el cambio de ambulancia de Josy. Minetras nosotros haciamos línea ya oscurecía y sólo alcanzamos a ver las luces de la ambulancia que se perdían a lo lejos, a nosotros nos quedaban 15-20 minutos para poder cruzar. Otra vez esperé, con aquella angustia que había sentido todo el día desde que courrió el accidente. Continuara...

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