martes, 9 de diciembre de 2008

Réquiem a la bolsa de una mujer


Siempre he creído que dentro de las cosas que causan un alto grado de intriga y cuirosidad está ocupando el primer lugar, en mi muy particular punto de vista, la bolsa de una mujer.

Para la mayoría de las mujeres, entre todas ellas me incluyo yo, la bolsa es el accesorio más importante, por no decir indispensable. Tanto que si no la traemos cargada al hombro o en la mano, sentimos que estamos prácticamente desnudas.

Considero importante dos razones por las que ese accesorio lo consideramos de vital importancia; por practicidad (para mi, la razón más importante) es decir entre más amplia y más cosas le quepan mejor, ya que las mujeres por esa tendencia que te nemos de ser precavidas cargamos hasta con el perico, la segunda razón es por que la bolsa "está mona" y combina con algún lindo par de zapatos que tenemos arrumbados por ahí.


Sea cual sea la razón, lo bolsa no deja de ser elemental, no sólo en el closet, sino en la vida de una mujer. Cargamos cosas inimaginables, además de un lindo accesorio puede funcionar como:
  • Lonchera: en lo personal, por las prisas termino metiendo la bolsita con la fruta y el yogurth que ya no me pude terminar en el desayuno o el monchi para el hambre de medio día.
  • Pañalera, aunque no tengo bebés, las veces que he salido con mis sobrinas/os he guardado cantidad de mugres, propios de las/os lepitas/os, tales como tazos, canicas, muñequitos miniatura, brillitos de fantasía, legos, carritos, motos, cuando ocupan mucho espacio las saco de mi bolsa en cuanto tengo oportunidad, de lo contrario pasan semanas dentro de ella.
  • Basurero, si, debo confesarlo, en ocasiones por muy linda que aparente estar la bolsa por fuera, dentro de ella hay "n" cantidad de papelitos, post it´s, envoltura de chicles, dulces, tickets del super, de cajero, recaditos con croquis de algún lugar en el que tuve que haber estado, que la hacen parecer un cuchitril, lo bueno es que recapacito y muy seguido hago "limpia".
  • Arma de defensa personal, un día, en una de mis visitas a una secundaria, no voy a dar el nombre por que lejos de éste entripado que a continuación relato, siempre nos han tratado muy bien y hemos tenido la puerta abierta, aunque en esa ocasión éste tipejo maestro de matemáticas y enfermo mental, literalmente nos la cerró en las narices a mi compañera y a mi:

Resulta que después de muchas visitas anteriores a una escuela secundaria, un día llegamos muy monas una compañera de trabajo y yo, la puerta estaba entreabierta y entramos, el monstruo éste estaba del otro lado de la puerta como vigilando la entrada, nos preguntó qué se nos ofrecía, jamás en nuestra vida lo habíamos visto, pero le medio explicamos mientras continuabamos caminando hacia los salones de clase, de prónto se nos pone enfrente a ambas como impidiéndonos el paso y gritoneándonos que salieramos de la escuela, por que él no nos conocía, no sabía cuales eran nuestras intenciones, ni traíamos identificación visible.

Mi compañera inmediatamente le responde que, efectivamente y afortunadamente no lo conociamos, ni él a nosotras, que no teníamos ningun problema en que él supiera " nuestras intenciones" de visitar la escuela si, se hubiera tomado la molestia de preguntarnos, y que por supuesto teníamos la manera de identificarnos pero no lo pensabamos hacer con cualquier persona.

Entonces el tipo comenzó a alzar más la voz, gritándonos que salieramos inmediatamente de la escuela y hasta dándose el lujo de tronarnos los dedooos!!!!, de prónto se le acerca más a mi compañera como con la intención de tocarla, no se si de pegarle, por supuesto no lo comprobamos, me dió muchísimo coraje y me le dejé ir con senda bolsota de 6 kg. de peso aproximadamente y con toooodas las intenciones del mundo de dejársela ir con todas mis fuerzas por cobarde, afortunadamente sus intenciones y las mías, quedaron sólo en eso, en fieles inteciones, cuando vio la bolsa se retractó, se hizo aun lado y mi compañera y yo seguimos nuestro camino pero ahora hacia la Dirección Escolar a poner nuestra queja y a derramar lágrimas más de coraje e impotencia que de cocodrilo por la manera en que fuimos tratadas.

Todo mundo nos ofreció las mejores discúlpas, nos reiteraron su apoyo y nos prometieron una reprimenda para el tipo, quien resultó ser un tipo enfermo mental, maestro de la institución desde hace añales que le grita a todas las maestras y alumnas de la escuela y además famoso por sus numeritos. Orgullosamente me di cuenta que esa pesada Barney Bolsa podía servirme de arma de defensa personal, otra razón más para considerarla básica en mi vida.

Todo este rollo del misterio e importancia de las bolsas es por que el año pasado me compré una bolsa, muy padre pero con un pequeño inconveniente, me pareció grande, demasiado grande, el primer día que la estrené, hasta me pareció ridícula por que cuando cambié de bolsa, aún y con toda la cantidad de mugres que traía, le quedó mucho espacio, como por arte de magia empezó a llenarse, si todo era cuestión de que pasara el tiempo y esa bolsa color café y yo convivieramos por una semana, de ser la simple pero indispensable bolsa ridícula por grandota, pasó a ser la carterita de cerillos que a ésta despistada y precavida mujer, amante de la frase "por si se ofrece", le quedó pequeña por la cantidad enorme de cosas que le cabían dentro.

Hace una semana a mi bolsa, esa que me compré en el Paso Tx. a $16.00 dlls en Burlington, ese día acompañé a Laura mi compañera a comprar unos zapatos a ésta tienda, de pasada, vi la bolsa y me enamoré, como no traía dinero Laurita me prestó amablemente su targeta de crédito para comprarla, gracias a éste amable gesto, a lo espaciosa que estaba y a todas las mugres que le metí ese día y todo el tiempo, el tipo éste no nos soltó el fregazo que ya veía venir, con practicamente un año de carrilla, se le desprendió una hasa y tuve que substituírla por otra más pequeña, la extraño tanto!

Definitivamente es la bolsa más grande que he tenido en mi vida, con la que más anécdotas he pasado y por supuesto la que más voy a recordar. Q.E.P.D.