miércoles, 3 de septiembre de 2008

Las vicisitudes de una hija única

Desde que tengo uso de razón he tenido un especial encanto por los niños pequeños, cuando era niña y considerando que fui hija única, le pedía a mi mamá, lo que todos los hijos únicos pedimos, ¡Cómprame un hermanito/a! Mi madre se reía y me decía que estaban muy caros, se me hacía tan egoísta su respuesta, ahora la entiendo y por supuesto que estoy convencida que salen muy caros, aunque todavía ese instinto maternal no haya sido sufieciente ya que no me ha hecho comprobarlo con uno propio, (safo! por el momento).
Me gustaba mucho invitar a más niños a mi casa, a mis primos, mis tres vecinas que en realidad vivían como a tres cuadras de la mía, pero era mi única opción de convivencia con personitas de mi igual, a ellas siempre las dejaban venir a mi casa pero a mi pocas veces me dejaban salir a la de ellas, las envidiaba porque eran hermanas y vivían juntas, las 24 horas del día eso para mi era increíble!
Siempre quise ser Pediatra, maestra de Jardín de Niños, o madre de seis hijos: Lidia Sofía, Edith Paulina (así se llama una de mis sobrinas), Ana Paula, Carlos Emilio, Diego y Santiago.
Fui una estudiante destacada, nunca sobresaliente, porque siempre tuve que machetearle mucho, ahora entiendo que realmente disfrutaba mi vida en la escuela porque fui bien amiguera, probablemente por mi necesidad de sentirme acompañada, más que por que amara las matemáticas, la historia de méxico, o mis clases de ajedrez, ah porque cual chile de todos los moles, a todas las actividades que significaran quedarme más tiempo en la escuela conviviendo con mis amigas/os le entraba sin pensarla dos veces, todavía no tenía el permiso de mi madre y ya estaba asegurando mi lugar.
Y si, sin duda me sentía sola a los 6,7,8,9 y 10 años de edad y no porque realmente estuviera sola, siempre vivi con mi madre y mis abuelos, aunque estuvieron siempre presentes, mi madre no tanto porque siempre tenía que trabajar, aprendí a escuchar historias de adultos, a pasar un día completo en silencio, acomodando mi cuarto, aprendiéndo a cocinar, mi abuela me empezó a dar clases de cocina desde muy pequeña, a los ocho años hice mi primer sopa de arroz, sola, mi abue me decía que me había quedado deliciosa. También aprendí a bordar, a tejer con una aguja, aprendí la vida de los adultos a mis escasos 9 años, también aprendí a escuchar, mi abuela me contaba muchas hisorias de su niñez, de su adolescencia, de sus 68 años, por supuesto que comparados con mis 8, 9 años, era toooda una vida, y a pesar de la brecha generacional tan inmensa, me parecían interesantes y me gustaba escucharlas.
Mis maestros me decían que no era una niña normal, y yo lo comprendía sin que eso me preocupara, nadie de mis compañeritos, vivían y convivían tanto como yo, con tantos adultos, con tantas historias de cristeros, épocas post revolucionarias, hacendados que enamoraban muchachitas inocentes, les hacían hijos y les pasaban dinero por debajo del agua, con un abuelo que enterró hasta 7 cristianos en una sola tumba por una epidemia de cólera que azotó el pueblo y lo dejó prácticamente fantasma. Era una niña impactada por una fotografía de 1930, en esa foto aparece un jóven musculoso, con su equipo de basquetbol, una playera de algodón y una pechera con las solapas colgando a mitad del pecho, era mi abuelo.
Siempre se dirigieron a mi como si tuviera la edad necesaria para escucharlos, para comprenderlos.
Ahora sé que esa "soledad" jamás me rebasó, ha sido parte de mi y me ha dejado momentos, vivencias y convivencias importantes, trascendentales diría yo, la compañía de mis abuelos también marcó mi vida, tanto que a veces echo mucho de menos esos momentos, ahora me sigue gustando convivir, saber de mis amigas/os, tener visita en mi casa, me siguen gustando los niños, cocinar y escuchar como con la seguridad de que lo que escucho, algún día será parte importante de mi vida. Sigo siendo hija única y agradesco mucho haberlo sido.

3 comentarios:

L.Mario dijo...

CHIKITANOTANDO:
COMO LA ADMIRO POR SER TAN ABIERTA EN SUS ESCRITOS. MUCHAS PERSONAS, COMO NOSOTROS, NO SOMOS LO QUE LA COTIDEANEIDAD LLAMARÍA N0RMALES. Y ESO ES BUENO. TE MARCA LA VIDA Y EMPIEZAS A BUSCAR PERSONAS QUE SEAN AFINES CONTIGO. ESO TAMBIÉN ES BUENO. TE HACE VER LAS COSAS NO NADA MÁS DESDE UN PUNTO DE VISTA, SINO COMO ESCRIBIÓ UNA VEZ JORGE LUIS BORGES, TE HACE VER EL MUNDO DESDE UN ALEPH QUE ES EL PUNTO DE TODOS LOS PUNTOS...
Y SI... LOS NIÑOS SON LINDOS, PERO EN SALMUERA....JAJAJAJAJ NO NO ES CIERTO...
CUIDESE MUCHO Y ESPERO SEGUIR LEYENDO MÁS POSTS COMO ESTE.

SU AMIGO
L.MARIO

Mr. Magoo... dijo...

Por algo se dieron las cosas asi no crees? A pesar de no ser hija unica, creo que mi hija tiene esa chispa y curiosidad en su mirada, asi como tu la tenias cuando eras nina, es que la veo gracias a la claridad con la que lo describes... te felicito por eso.
Saludos.

Mi pecho no es bodega dijo...

Gracias mr. magoo y bienvenido a éste espacio. Un saludito!