lunes, 6 de julio de 2009

De relaciones impares

Tengo un problemita técnico con una relación, con ésta que tengo en especial. Me he dado cuenta que estoy en una disyuntiva cañona en relación a una relación que mantengo viva desde hace 10 meses, tres días.
El Queso es un tipazo, super cariñoso, es un niñote de casi 28 años, super tierno, detallista, últimamente le andan fallando los detalles, debo admitirlo, peeero muy comprensivo, muy simple: apapachador cuando nos vemos, por que últimamente nos vemos poco.
Caballeroso, amable, atento, guapetón. Le gusta platicar pero a veces me choca que sea tan simple en sus conversaciones, tan al punto, tan conciso. Yo soy una perica en potencia, me gusta hablar, me gusta mucho. Cuando me habla por teléfono (que lo hace casi todos los días) me da mucha risa por que parece que me está hablando del teléfono público de la esquina con una targetita ladatel con 5 pesos de saldo y menos 3 de entrada que ya se tragó el aparatito al entrar la llamada. Super rápido, terminamos hablando de trabajo, de si estoy sentada o acostada, de lo que comimos en la tarde y de que me quiere mucho, en éste momento se detiene un poquito y me lo repite con una ternura que me lo quiero comeeer! pero lástima ya me dijo que tiene que colgar :(. Como ustedes pueden leer, al Quesito Chambourcy no le gusta hablar mucho, no es su fuerte, y yo todo lo contrario.
El es super relax, y no es que yo sea una histérica en potencia. Para él toooodo tiene solución, no hay nada en nuestra relación por qué preocuparse, pudiera pensarse que ésta actitud y su personalidad en general es digna de admirar de cualquier ser humano, qué que lindura de persona, que cuanta tranquilidad comparto con éste tipito ojos ambar miel, que debería postularlo al premio noble de la paz, pues no! a veces esa actitud me bota el tapón por que tanta pasividad asusta señores!! y no me digan que no. A veces siento que en la relación soy yo la que empuja la carreta, me veo sola gritando gooool! en el estadio azteca, y no piensen que soy una loca, que aparte de histérica, amo las relaciones tormentosas, claro que no, de hecho casi puedo asegurar que me saqué lalotería con éste pedazo de tipito, en conclusión, me asusta su pasividad, su "loquetudigasamor", y no, no es lo que yo diga, es lo que deba ser aunque para eso tengamos que poner amplia y concienzudamente los puntos dobre las ies, pero al señor le da flogerita y a mi me da más flogerita su actitud y ahí es donde vale madres la cosa. Aunque la tengamos que retomar oootra vez.
Soy una persona super independiente, jamás me educaron para casarme y que un viejo me mantuviera, él es un hombre protector por que tiene mamitis así de sencillo. Yo no puedo detenerme por un "está muy pesado" "es muy tarde par andar manejando" "está hasta puntadelachingada" "hace mucho calor" "andas hasta la madre, no puedes manejar" "no tengo con quien ir a la fiesta" "mañana entro a las 6 de la mañana al trabajo" "Hoy salí a las 8 de trabajar"". Casi nunca me enfermo, gracias a Dios! El Queso se la pasa enfermo 4 veces al mes, si no se enferma, le duele algo, el chiste es quejarse, ah ...y todavía se super enjeta por que no lo apapacho, por que no le hago cariñitos, por que me cago de la risa con su hipocondriaquismo balín.
Me considero una persona cariñosa, y creo que lo soy, a reserva de la apreciación del Queso en esos menesteres del apapacho, el piojito y los cariñitos empalagosos que apestan a romance y amor. De hecho debo confesar que a veces me hacen falta, bueno casi siempre.
Es una persona super nerviosa y asustadiza, por lo menos yo lo se disimular muy bien, toda la calma que demuestra ante una situación de crisis emocional y desesperación resulta inversamente proporcional al terror y pánico en sus ojos cuando nos topamos con un retén militar, muy de moda ahora en las calles de la ciudad, o cuando pasa un perro enseguida de él. A veces le propongo cosas que yo se que en la vida se atrevería a hacer por desición propia, la razón: el miedo.
No es muy social, necesita muchos encuentros para encajar en un grupo social, y que de entrada el grupo social le inspire confianza, pero debo admitir, es muy amable, cordial y jamás le haría una grosería a nadie. Hace retirada, evade invitaciones y jamás le vuelves a ver el polvo en dicha reunión ni en posteriores, argumentando que tiene mucho trabajo, que ya casi llega y nunca llega. Yo soy tooodo lo contrario, aunque no me considero el alma de las fiestas, me gusta aceptar invitaciones, no tengo problema alguno en tratar con todo tipo de gente, me acoplo muy rápido y disfruto de personas con buen sentido del humor. Me gusta bailar, a él sólo despues de 5 cervezas, me gusta fumar, a él en la vida! Él quiere vivir en E.U., a mi ni a El Paso Texas de compras.
Como pueden darse cuenta somos como agua y aceite, alguna vez me reclamó que sólo hacía referencia a las cosas que nos diferenciaban, me reprochó que le recalcara éstas impariedades entre él y yo. En efecto son un hecho tantas brechas, y debo confesar que al principio me fue muuuy, pero muuuy difícil sobrellevarlas, ahora entiendo que no somos raros, que el Queso no es raro, es sólo que somos diferentes.
También he aprendido que han resultado un complemento, un neutralizante entre dos personalidades tan distintas. Me he dado cuenta que el amor que nos tenemos es basto y suficiente para sobrellevar las marcadas diferencias, y que a pesar de todo, al final de cada una de ellas, éste lindo, sincero y fuerte sentimiento nos ha mantenido hasta aquí, admirándonos, reconociéndonos, y uniéndonos más. Gracias mi Quesito Chambourcy... te amo y lo sabes!

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